miércoles, 31 de julio de 2013

El noble arte de la reconstrucción

Reconstrucción. Una palabra llena de trabajo y de esfuerzo, pero también de ilusión y de futuro. En estos tiempos de descanso de competición en la NBA, es momento precisamente de eso. Los equipos, en su afán por lograr su objetivos individuales (porque si son realistas no todos se preparan para ganar el anillo a la siguiente campaña), comienzan a reconstruir sus roster con las mejores intenciones de futuro. Hay equipos que se ayudan de su margen salarial restante; otros de las adquisiciones del draft; algunos de sus dólares sin escrúpulos; incluso los hay que aprovechan a la perita en dulce del momento. En cualquier caso, todos ellos a priori se basan en sus condiciones y condicionantes para montar un equipo que ilusione en la siguiente campaña. Se trata del noble arte de la reconstrucción, sobre todo en la Conferencia Este, y como vamos a ver, cada uno tiene distintas maneras de hacerlo.

Quizá el caso más bello sea el de la reconstrucción en base a un tiempo de adaptación, buenas elecciones de draft y espera de momento oportuno (sobre todo con el mercado de fichajes). Precisamente por mercado de fichajes y por actualidad, el equipo que ha sabido usar este noble arte de la reconstrucción con gran ilusión es Detroit Pistons. Sin embargo, no hay que olvidar que desde el año pasado ya se apuntaba que si la franquicia de "Motown" sabía recomponerse, Detroit iba a ser un equipo que tendría algo que decir en la Conferencia Este en el futuro. Y como toda buena reconstrucción que se precie, Joe Dumars puso a funcionar su cabeza para seguir el orden correcto en tiempo-espacio y cuadrar lógica, necesidades, futuro y salarios. Aprovechó el draft para agenciarse a prometedoras figuras de la liga como Kentavious Caldwell-Pope (tirador contrastado en NCAA), Peyton Siva (espectacular base atético) y Tony Mitchel (no ha desentonado en la Summer League). Con la idea de liberar salarios y sin la posibilidad de Calderón, se quitó de en medio por vencimiento los contratos lastre de Will Bynum, Jason Maxiel y Corey Maggette. Con el espacio salarial adecuado, sondeó el mercado de agentes libres para hacerse con un 4 impagable como Josh Smith. Si todavía no había tenido suficiente búsqueda, incluyó un plus de ilusión en la franquicia trayendo al hijo pródigo de vuelta a la ciudad del motor: Chauncey Billups. Por último vio qué monedas de cambio poseía, y Brandon Knight era su perla de la corona. Junto con Viacheslav Kravtsov y Kris Middleton fueron el paquete perfecto para los Bucks y así traer a un base de gran calidad y garantías como Brandon Jennings. La guinda del pastel hubiera sido deshacerse de Charlie Villanueva, pero normalmente en estos casos la perfección no existe.

Con todo ello, Pistons enseña cómo debe hacerse una reconstrucción a corto plazo. No obstante hay algunas dudas que esperemos que se resuelvan. En primer lugar, Maurice Cheeks tendrá que valorar que la mejor posición para Josh Smith es jugar de 4. Su capacidad reboteadora y buen tiro cercano al aro le da un plus excepcional a la pintura de Detroit. Una pintura que, por cierto, es de auténtico escándalo con Greg Monroe y Andre Drummond. La pega es que Drummond todavía necesita pulir varios conceptos en el poste, como fundamentos o ganchos. Los centímetros y el físico los tiene, aspectos más que importantes para alguien que se debe batir el cobre por la zona en la NBA. Si consigue mejorar ciertos conceptos en la pintura, posiblemente hablemos de un juego interior top 5 en la liga. Por otro lado, a nadie se le escapa que Brandon Jennings mejora sobradamente a Brandon Knight de base. La cuestión va más allá de eso. ¿Realmente Brandon Jennings es el base director de juego que necesitaba Pistons? Está claro que habrá que ver si Jennings hace jugar a los interiores del equipo, sobre todo en el caso de una pieza tan versátil para ese estilo como Josh Smith. Jennings tiene grandes dosis de calidad y anotación. Si el base pone de su parte en ser un guard más participativo con los compañeros y más director de juego, la ganancia deportiva del traspaso habrá triplicado su valor. Y como de directores de juego va el asunto, habrá que ver el trabajo "en la oscuridad" que realiza Billups con Peyton Siva. Un base físico y con talento muy prometedor que con la veteranía de Billups sumará al compañero y al equipo en general. Un modelo de reconstrucción a corto plazo que implica ser automáticamente equipo de playoff para este año. Muy buenas bases para pensar en un futuro prometedor como alternativa en el Este. 

La buena espera de los Cavaliers

Otro de los equipos que quiere asomar la cabeza entre los 8 mejores del Este es Cleveland Cavaliers. Un ejemplo de reconstrucción más moderado y pausado pero igualmente práctico. Desde que LeBron James se fuera en 2010 a Miami Heat como agente libre (no sin antes sufrir en muchos aspectos tanto positivos como negativos), los Cavs necesitaban un nuevo líder que les diera alas. Y como lo más económico y más factible para reconstruir un equipo es el draft (sobre todo si se conocen promesas venideras), Kyrie Irving aterrizó en Cleveland para comandar un proyecto ilusionante a medio-largo plazo. Sin embargo parece que en esta década la palabra "draft" y la palabra "Cavaliers" va a estar unida para cimentar ese futuro. 

En base a las nuevas estrellas que llegan a la liga, Dan Gilbert (propietario de la franquicia) ha estado agazapado construyendo sobre jóvenes un equipo que plante cara en el Este. Y lo ha conseguido. Para empezar podría afrontar gracias a la juventud un quinteto competente (aunque algo forzado, eso sí) solamente con elecciones de draft en estos últimos 3 años: Kyrie Irving, Dion Waiters, Tristan Thompson, Anthony Bennett y Tyler Zeller. Lo que ya de por sí demuestra el enorme potencial y futuro que le depara a esta franquicia. Todo ello sin contar con que la gran estrella y buque insignia del equipo es un jugador de tal talento como Kyrie Irving, joven y apuntado a estrella indiscutible. Además ha coincidido el año de explosión de un jugador como Anderson Varejao que esta temporada ha dado muestras de lo importante que puede llegar a ser en este equipo en la pintura. Además ha adquirido carne calidista de banquillo. Jugadores como Jarret Jack, que el año pasado dejó actuaciones estelares supliendo nada más ni nada menos que a Stephen Curry; o Earl Clark, que fue una de las pocas notas positivas de los Lakers la pasada temporada. Y como toda reconstrucción que se precie, necesita un golpe de efecto final (a veces arriesgado, eso sí). Habrá que prestar atención a cómo salga la apuesta de Andrew Bynum para estos Cavs. El año pasado uno de los equipos aspirantes a playoff (Sixers) le salió el tiro por la culata, y no solamente hablamos de Bynum. Su campaña fue un fiasco y en su intención de alcanzar el mínimo, que era llegar a los playoff, se vieron súbitamente pasados por los Milwaukee Bucks. Y por si esto no fuera suficiente reconstrucción, que de por sí ya es elogiable el trabajo desde los despachos de los Cavs, queda en el horizonte el futuro de LeBron James como agente libre cuando acabe contrato con Miami. A saber, puede ser el año que viene (si decide renunciar a los 2 años que le quedan) o esperar a esos dos años y cerrar un nuevo ciclo en el equipo de Florida. Sea como sea, el futuro que le aguarda a Cavaliers con ese posible cúlmen de Irving-LeBron hace pensar que Cleveland ha entendido también muy bien el noble arte de la reconstrucción.

Peligrosa pareja de dinero y reconstrucción en Brooklyn

Un concepto totalmente distinto de reconstrucción es el que tienen equipos como Brooklyn Nets. De hecho, desde el segundo 1 que la franquicia existe, el sinónimo de reconstrucción se hace a base de talonario y, a priori, poca pausa. Para Prokhorov el dinero no es ningún problema, y se ha valido de él para volver a cimentar un proyecto que ilusione (por segundo año consecutivo y en totalidad desde su existencia). El problema es que como ya se demostró el año pasado, a veces reconstruir el castillo del rey sobre cimientos de paja puede hacer que todo se vaya al garete. El elenco de estrellas que el año pasado militaban en la franquicia neoyorkina no bastó para ser alguien importante en la liga (faltaría más que ni hubieran llegado a playoff). Y entre otras cosas el éxito nunca llegó a esa plantilla porque jamás jugaron como equipo. Poseían grandes individualidades que jamás llegaron a carburar juntas. Al final, un equipo compenetrado a lo largo de más de 82 partidos es el que consigue llegar a lo más alto. 

Sin embargo, no es menos cierto que el primer año de proyecto no es comparable en inmensidad a este segundo. Ni por las bases talonarias, las cuales se han incrementado con los nuevos límites salariales e impuesto de lujo (en el que de hecho solamente con impuesto de lujo tendrán que abonar más de 30 millónes de dólares); ni tampoco por el salto de calidad que el equipo da con estas incorporaciones, que evidentemente es mayor. Y no solo hablamos de un quinteto escalofriante de Deron Williams, Joe Johnson, Paul Pierce, Kevin Garnett y Brook López. Hablamos de un veterano de gran calidad como Jason Terry, de un valor seguro como Kirilenko, de un racheado destructor como Alan Anderson, de una capacidad reboteadora como Reggie Evans, incluso un buen novato como Mason Plumlee... Son muchos nombres y determinantes. Y para mayor reto, entrenados por Jason Kidd tras cerrar el año pasado su periplo como jugador... y con la intención de permanecer mucho más que Avery Johnson o P.J. Carlesimo en el puesto. Una apuesta global a base de talonario bastante arriesgada pero que, por nombre, merece la pena contemplar. Si consiguen carburar como equipo, el dinero habrá dado sus frutos.

Incorporaciones para mantener el nivel

Reconstrucciones mucho menos profundas son las que han sufrido Atlanta Hawks, Indiana Pacers o Boston Celtics, aunque curiosamente por casos distintos. Danny Ferry, general manager de Atlanta Hawks, ha sorprendido a público propio y ajeno a la franquicia con sus movimientos. Una excesiva contratación de hombres interiores (Millsap, Brand, Ayón, Nogueira y la más sonada de todas: Pero Antic) junto con una selección dudosa en el draft (Dennis Schröder por delante de, por ejemplo, Mason Plumlee) hacen que sea indescifrable el rumbo que tomará la franquicia. No obstante, la rotación interior que tienen es destacable (Al Horford-Paul Millsap con Elton Brand) con exteriores de la talle de Lou Williams o Kylie Korver para el triple. Conserva además a Jeff Teague, pero habrá que ver si los resultados son mejores que lo que a priori prometen.

Otros equipos contender como Indiana Pacers han sondeado el mercado para dar su puntilla particular a la plantilla. Luis Scola es una gran incorporación para el de por sí sólido bloque que tienen los de Vogel. Miami Heatse debate con Greg Oden su contratación lo que le daría un plus para la pintura indudable, y Chicago Bulls lo único que necesita es volver a ver la mejor versión del MVP Derrick Rose. Poca reconstrucción cabe en este tipo de casos, más allá de seguir en la misma línea con pequeñas mejoras.

En otros equipos de menor nivel como Orlando Magic, Toronto Raptors o Washington Wizards necesitan algo más para asentarse en Playoff. Pero esto no quiere decir que sus plantillas sean nefastas. Wizards cuenta con un quinteto serio (Wall, Beal, Porter, Nené, Okafor) pero insuficiente a todas luces para afrontar 82 partidos a gran nivel -mucho más si hablamos de playoff-. Toronto Raptos, no obstante, tiene un quinteto serio (Lowry, DeRozan, Gay, Johnson, Valanciunas) y ciertos jugadores de apoyo (Fields, Hansbrough, Novak, Gray...), pero parece que este año en el Este el nivel va creciendo y costará más aspirar a ser uno de los 8 mejores. No parece que este sea el perfil de equipo de playoff al final de la próxima temporada.


Pero si hay un equipo que necesite la reconstrucción, y no a corto plazo, es Boston Celtics. La diferencia con todos los demás es que los orgullosos verdes no la necesitan para alcanzar los playoff (que al final lo harán) sino para ser contender. En primer lugar tienen que hacer de Rajon Rondo su buque insignia y su absoluta imagen. Es uno de los mejores bases de la liga con el único "debe" de pulir su acierto en el tiro. 

Con todo ello tiene una ristra de jóvenes que pueden ser buenos bloques sobre los que cimentar un gran futuro. Jared Sullinger dio muestras el año pasado de su increíble potencial, pero se cebó con el una lesión en el tramo final de campaña. Kelly Olynyk llega como un 4 abierto prometedor, con una muñeca exquisita para el tiro a media distancia. Habrá que ver cómo sale la incorporación de Vitor Faverani o de Phil Pressey, que dejó muy buenas sensaciones en la Summer League. Otro punto clave será por apostar a que sigan por la misma línea de mejora que el año pasado jugadores como Jeff Green, Courtney Lee y Avery Bradley. No es nada descabellado pensar que estos Celtics sí pueden llegar a playoff, y más pensando que igual les queda por hacer alguna incorporación. Pocos ven en Kris Humpries y en Gerald Wallace pilares de futuro para Boston, por lo que serían jugosas monedas de cambio en ese caso.

El Este se reconstruye, el Oeste se refuerza

Y es que salvo excepciones como Los Ángeles Lakers, la cual su reconstrucción será larga o corta según de que periodos hablemos, la mayoria de los equipos en la Conferencia Oeste se han limitado a apuntalar sus plantillas de una manera salvaje en cuanto a calidad. Es el caso de Golden State Warriors con la incorporación de Iguodala; de Houston Rockets con la de Dwight Howard; de Grizzlies con la de Mike Miller...

Ya se sabe que históricamente el Oeste ha tenido siempre más fuerza y más competencia. Por eso parece que este año con la reconstrucción del Este se intenta nivelar esa balanza que, salvo las apariciones de Bulls, Bad Boys o Heat en las últimas décadas, todo se correspondía con San Antonio, Rockets o Lakers en su defecto (11 anillos en total en estos años dan buena cuenta de eso). Por eso va a ser agradable toda la transformación que en la Costa Este se está viviendo. Y aunque es es laborioso, no todos los equipos consiguen siempre alcanzar el noble arte de la reconstrucción







Fuente de plantillas: esferanba.wordpress.com

sábado, 13 de julio de 2013

El sueño de Dwight Howard

Dicen que soñar es bueno. El ser humano debe soñar; es sano y debe marcarse unas metas. Como cualquier deportista, Dwight Howard, flamante nuevo fichaje de Houston Rockets, tiene su propio sueño, su particular meta. Como no podía ser de otra forma en la NBA: conseguir un anillo. Hay muchas formas de obtener tan ansiado y soñado premio pretendido por todos. Pero teniendo en cuenta la personalidad del pívot, más que un buen sueño, parece un peligroso sueño para Dwight Howard. ¿Hasta qué punto el sueño sacrificará a la realidad?

Por ejemplo, soñar está bien, pero no lo está tanto pertenecer a un equipo sin realmente quererlo. Hace poco Steve Nash, actual base de Los Ángeles Lakers, concedió una entrevista aclarando que Dwight Howard realmente no quería estar en el equipo. Es complicado formar parte de una ilusión conjunta y un sueño personal cuando sabes que no estás ni en el lugar correcto ni, por lo que pareció, en el momento adecuado. Más aún cuando las informaciones dejan en un mal lugar al jugador dado que, ni quería jugar el sistema pick n' roll, ni le gustaba el entrenador que le dirigía (esto último de las más razonable, por otra parte). Pero claro. A Howard tampoco le gustaba Van Gundy, ni le acabó por gustar el sistema creado exclusivamente para él en Orlando Magic (rodeado de 4 tiradores abiertos y él solo en la pintura). Visto que ya lleva 9 años en la NBA, el chico quiso soñar.

Y soñar está bien. Lo que no está tan bien es demostrar que hay poca ambición en un jugador que se sabe trascendental. Como cualquier jugador y ser humano imperfecto que es, necesita pulir algunas de sus facetas. Howard se ha caracterizado siempre no solo por no hacerlo, sino por repudiar a su manera a todo aquel que intentara ayudarle a mejorar. Por ejemplo, Dwight Howard no es un dechado de virtudes a la hora de lanzar los tiros libres precisamente (49% de acierto), pero cuando Steve Nash (90% de acierto) quiso intentar enseñarle, el Center rechazó su ayuda. Algo similar en resultado sucedió con Kareem Abdul-Jabbar. El máximo representante del Sky Hook tuvo un encuentro casual con el actual jugador de los Rockets, en el que Howard se mostró receptivo a la hora de recibir enseñanzas de Kareem. Sin embargo, de ahí no pasó el asunto. Dwight no se volvió a interesar y nunca más se supo de esa intención. Howard solamente tenía un sueño.

Y tener un sueño esta genial. Lo que no está tan genial es querer que se concentre la atención sobre toda una figura sin haber demostrado que merece la pena. Dwight Howard, si hubiera querido, podría haber sido el emblema púrpura y oro de un gran futuro. No se sabe si exitoso o brillante, pero desde luego prometedor. Franquicia de postes, de dominio, de glamour. Todas las posibilidades del mundo brindadas al pívot para crear historia. Pero nadie mejor que Dwight ha sido capaz de destruirla. No hablamos ya solo de su marcha, sino de una de las razones por las que se produjo. Para que Howard se quedara, Lakers tenía que enseñar la puerta de la amnistía a Kobe Bryant. Algo impensable para cualquier fan, para el bueno de Dwight no lo debía de ser tanto. ¿De verdad creía que por mucho pívot dominante que pudiera ser, la LakerNation estaría de acuerdo con eso? Una balanza complicada de equilibrar. Por un lado, uno de los 4 mejores jugadores actuales de la NBA, uno de los 5 mejores en la historia de la franquicia y uno de los 10 mejores en toda la historia de la liga. El jugador con mayor parecido a Michael Jordan jamás visto. Aquel que anotó 81 puntos, que posee tanto liderazgo como talento a partes iguales. Y por el otro lado, uno de los 5 pívots más importantes de la actual NBA, recién llegado y con actuaciones más que dudosas en la mitad de los partidos durante la temporada con Lakers. Cualquier aficionado, por novato que sea en su sano juicio. ¿A quién elige?. Parece impensable tal all-in. ¿Todo vale para cumplir un sueño?

Porque querer cumplir un sueño es muy bonito. Pero no está tan bonito derrochar por los poros, en su situación, tanto egocentrismo como centímetros de espalda y de altura juntos cuadra Dwight Howard. Un jugador que, conviene recordar, no es el mejor ni en fundamentos cerca del aro (la pintura es su hábitat), ni en el tiro a media distancia (un recurso básico ofensivo), ni en intensidad (solo defiende cuando quiere) y ni, por supuesto, en los tiros libres (a donde le llevan los rivales con el Hack to Howard). Dwight es un pívot que carbura gracias a su potencia física y a unos niveles ultra básicos de movimientos en la zona. Y sin embargo, con "solo" esos dos aspectos básicos que ofrecer, toda la liga ha estado pendiente de su decisión. 

Cierto y limitado paralelismo en la situación personal con LeBron James. Un objetivo en mente y buscar un grupo que le brinde ese objetivo. Solo que el de Akron ha demostrado su grandeza por activa y por pasiva, en prosa y en verso, en vídeo y en audio. Del "sólo físico" de LeBron James que llegó a unas Finales con Cavs al jugador más completo que existe actualmente en la NBA. Por si no fuera poco, campeón de 2 anillos con sus respectivos MVP de Regular Season y de Finales. Tanto como se criticó a LeBron por irse a un equipo ganador para conseguir el anillo (habiendo demostrado su abrumadora capacidad para ser, por lo menos, referencia de un finalista de Conferencia); no sucede nada similar con Dwight Howard, cambiando de equipo en estos 3 años como quien cambia de calcetines. Y todo ello, con un único sueño. 

Y no es el de militar en ningún equipo. Su filosofía, a estas alturas, ya no entiende de más fidelidad que la de sí mismo. Quede claro que en el contrato firmado con Houston Rockets se guarda, por si las moscas, una opción de abandonar el barco por si las cosas no van bien en 2016. Está claro que no está en Rockets porque era su sueño. Realmente, Howard da la sensación de que no está en ningún equipo por ser su sueño. Por norma histórica, hay 2 franquicias a las que se entendería que cualquier jugador quisiera ir desde pequeño: Boston Celtics y New York Knicks. Una tercera, por oficio, glamour y carisma, se ha ganado derecho a ser la tercera vaca sagrada en cuanto a sueños se refiere: Los Ángeles Lakers. Michael Jordan dio el paso para crear esa misma esencia en los Bulls, o los Bad Boys con los Detroit Pistons. Pero incluso sin esa marca histórica, también puedes tener el sueño de jugar para la ciudad que te vio crecer (Atlanta). Pero no. Howard, una vez más, no entiende de ese tipo de sueños (ni realmente militar en "X" equipo es su sueño real).

Su sueño tampoco es jugar al lado de nadie. Posiblemente su ego no le permita pensar eso. Él es la estrella, la que merece carteles, por quien una franquicia debe amnistiar a su talismán, por quien la gente debe rogar y desesperarse hasta el punto de ofrecer alitas de pollo, condones o programas de TV semanales por la cara. Por eso, el auténtico sueño de Dwight Howard es conseguir un anillo. Casi como cualquier jugador de la NBA, ¿no?. Evidente, razonable y hasta sano. Pero en este caso, está situando su sueño en torno a su figura. Un equipo que juegue para él, que sea él y nadie más que él. Un culto en torno a su figura para que no haya mayor merecimiento al MVP que su labor ni mayor importancia que su dominio. 

Pero es curioso como en algún momentos las estrellas que fueron referencias absolutas en sus equipos, son conscientes de que deben pasar a un segundo plano para lograr el éxito, salvo los más grandes. Ray Allen o Shaquille O'Neal con Miami Heat, David Robinson con San Antonio Spurs, Jason Kidd con Dallas Mavericks. Estrellas de una gran constelación que para lograr ciertos anillos tuvieron que bajar un peldaño su status.

Pero, visto los antecedentes y en base al pasado, quiza el status que está exigiendo Howard por cumplir su sueño está siendo muy alto. Tan alto como las expectativas que tiene el propio Howard de conseguirlo. Y en la NBA, si no hay una mejora sustancial, no siempre querer es poder. 








Fuentes: www.nba.com

viernes, 28 de junio de 2013

Algunos apuntes sobre el draft 2013

Concluido el curso baloncestístico 2012-2013, como diría el inigualable Andrés Montes, llegó el momento del draft. Ese escenario, esa oportunidad que todo el mundo desea que llegue para el bien de la NBA. Para los jugadores porque cumplen, en la mayoría de los casos, un auténtico sueño. Para los entrenadores y General Managers, porque pueden ver sus plantillas reforzadas o, en el mejor de los casos para su fortuna, totalmente encaminadas hacia la reconstrucción gracias a este momento. Y para los aficionados porque pueden jugar y hacer cábalas sobre el futuro de, al fin y al cabo, las próximas estrellas en la mejor liga de baloncesto del mundo.

Es cierto que el draft de este año, a priori, no ha tenido ni una claridad en el número 1 ni una calidad destacable nivel "estrella" en cuanto a los jugadores a primera vista, pero algunos lo catalogan como un draft bastante bueno por la cantidad de jugadores gratamente aprovechables, aunque no tengan nivel All Star. Para más concreción, aquí puedes repasar el orden del draft y sus selecciones. Puesto que ya se ha empezado a mover el mercado NBA extraoficialmente, aquí unos pequeños apuntes interesantes:

Un número 1 sorprendente: A nadie se le escapa que la elección como pick 1 de Anthony Bennett ha sido una sorpresa. Hasta el momento todos los expertos y aficionados debatían si Cleveland Cavaliers podía optar por Otto Porter, opción que parecía más lógica, ya que están faltos de un alero de garantías y Porter había dejado muy buenas sensaciones. Otra de las hipótesis que se barajaron fue que, ante la lesión de Anderson Varejao, Cavs siguiera la lógica con Nerlens Noel, aunque hubiera supuesto una arriesgada apuesta. El interior no volverá a las canchas, mínimo, hasta noviembre-diciembre por su lesión de rodilla. Además el jugador de Kentucky ha caído bastante más de lo esperado en este draft. Se barajó, incluso, que la franquicia cediera su pick 1 y a Anderson Varejao para buscar un jugador que les convenciera. Al final la elección fue la de Anthony Bennett, un ala-pívot con un físico superlativo con algunos detalles similares a Zach Randolph, que puede alternar las posiciones de 3-4 (lo que todavía hubiera hecho más lógico escoger a Otto Porter) y al que los más entendidos comparan con el mítico Larry Johnson. Cavs ya había mostrado cierto interés también por la posición de 4 interesándose por Kevin Love. Lo único cierto es que es una elección sorprendente: necesitan un 3 pero buscaron y al final se quedaron con un 4. Veremos como alterna esa posición con Tristan Thompson, otra de las futuras perlas en esta liga.

El seguro de Victor Oladipo: dada su condición de duro físicamente, es un gran aporte en defensa para cualquier equipo y este año ha mejorado más en ataque. Orlando Magic, urgente de reconstrucción, ha apostado en el pick 2 por este escolta que lideró a los Hoosiers este último año en la NCAA. Es un valor seguro para cualquier equipo dada su gran disciplina con un gran equilibrio defensa-ataque, con capacidad para correr al contraataque y lanzar triples.

El perímetro de Washington: Otto Porter, elegido número 3, ha sido uno de los jugadores más jugosos en este draft. Un alero que venía bien a casi cualquier equipo que necesitara reforzar esa posición. Juventud, calidad y mucho futuro en las manos del ya ex de Georgetown. Gracias a su elección, los Wizards plantearán un perímetro tal que John Wall, Bradley Beal y Otto Porter. Perímetro joven, talentoso, muy jugoso y que bien combinados y centrados puede dejar destellos brutales en la liga.

¿Nuevo error de Bobcats?: pensando fríamente la elección del hermano pequeño de los Zeller en el pick 4, solo el tiempo dirá si se trata de un error, porque la apuesta por él puede tener su lógica. De primeras, Cody Zeller ha demostrado más fundamentos en la pintura que Alex Len, uno de los otros aspirantes a ese puesto y que ha terminado por ser el pick 5 de Phoenix (lo que podría limitar las opciones de que Marcin Gortat se quede en Suns el año que viene). Es cierto Zeller que no tiene tanto físico como Len, pero destacan de él lo completo que es, al menos entre los rivales que tenía para su posición en este draft.

Las apuestas de New Orleans Pelicans y Philadelphia 76ers: pese a que han sido Pelicans los que seleccionaron a Nerlens Noel con el bajo pick 6 para las espectativas que creó, New Orleans estaba más interesado en un capitán que timonee su barco. De ahí que Noel fuera directamente hacia Philadelpia 76ers para adquirir en el trueque a Jrue Holiday. Greivis Vasquez y él formarán un gran tándem de bases, pero la llegada de Noel a Philadelphia desbarata la oportunidad de haber visto juntos en la pintura a Nerlens Noel y Anthony Davis. No obstante, la llegada de Noel a los 76ers vuelve a abrir por enésima vez una pregunta algo manida: ¿Qué pasará con Andrew Bynum? De momento va a ser agente libre, sin conceder prioridad al equipo que le ha pagado este año que no ha jugado por lesión, y probará suerte en el mercado al mejor postor. Todo parece indicar que si Philadelphia ha centrado su apuesta en un hombre interior de referencia como Noel, quizá el destino de Andrew Bynum preocupe ya menos. Sobre todo teniendo en cuenta que Philadelphia ha conseguido agenciarse también en el pick 11 a Michael Carter-Williams, un base de casi dos metros de altura con un gran físico y unos largos brazos. Los expertos no lo destacan como un gran anotador ya que tiene que mejorar tanto tiro de media como larga distancia. Sin embargo, su gran físico dado el puesto de base hace que saque ventaja con robos de balón y rebotes. Sumado a un destacado anotador como Nate Walters, hace que los Sixers sean una de las franquicias que mejor se han movido. Además tendrán dos elecciones para el draft del año que viene.

Ben McLemore pide paso: Sorprendente caída hasta el pick 7 de uno de los aspirantes a número 1 en muchas de las fases del año. Ben McLemore llega a Sacramento Kings para dar tiro exterior, físico y, en definitiva, talento. Dada su posición de base, habrá que ver cuál es el próximo destino de Tyreke Evans. 

Sangre canadiense para reconstruir Boston: Además del tema que está en boca de todos con ese traspaso de Jason Terry, Paul Pierce y Kevin Garnett con Brooklyn (quienes solo han optado por escoger a Mason Plumlee tras las piezas ofrecidas en la pintura a Boston), el equipo de Danny Ainge ha buscado en el draft a su perlita particular. Lo ha hecho con el pick 13 que le han cedido los Dallas Mavericks. Se trata del pívot de Canadá Kelly Olynyk. No destaca especialmente por su rebote (uno de los puntos más débiles) pero es un jugador con muchos fundamentos en el poste y gran capacidad anotadora. Además, los Celtics necesitan juventud y pintura, algo que Olynyk reúne a la perfección.

Potencial All Star para Wolves y Jazz: Varios entendidos no han dudado de calificar de "potencial All Star" a Shabazz Muhammad y a Trey Burke. Minnesota Timberwolves escogió inicialmente al base Trey Burke en pick 9, pero lo traspasaron a los Jazz en favor de Shabazz Muhammad. Ambos parecen haberse hecho un favor importante y ser dos de las franquicias con mejor acierto en este draft, además de Philadelphia. Por parte de Muhammad, puede aportar una gran serie de aspectos a los de Adelman. Es un escolta atlético, con gran ética de trabajo, con un potencial anotador abrumador con un tiro mortífero desde casi todos los puntos de distancia. Pese a que tiene que mejorar su aspecto defensivo, es uno de los mayores talentos de este draft. Sus únicos "peros" son los flojos workouts que ha realizado últimamente y su March Madness no fue del todo buena. Por lo demás, un auténtico diamante. Por talento y futuro potencial, situación similar vive Trey Burke. El base de la universidad de Michigan, nombrado jugador del año en la NCAA, le destacan fundamentalmente por su gran agilidad y su inteligencia sobre la pista, aunque su pequeño físico sea una desventaja contra rivales de mayor portento. Su buena distribución de balón y el equilibrio entre pase y anotación hace que sea otro de los jugadores a tener en cuenta.

Todo draft tiene su tapado: algunos expertos ya hablan del tapado de este draft, nada menos que un pick 41. Lo tiene Memphis Grizzlies y se trata de Jamaal Franklin. Muy atlético, ofensivo y buen anotador, será un escolta que puede sorprender por haber caído tan bajo en el draft en comparación con el rendimiento que puede dar. Sería un importante tanto para la franquicia de Tennessee.

Draft para cimentar la plantilla de los Blazers: pese a sus fracasos históricos en la NBA a la hora de escoger jugadores en el draft (véase Sam Bowie en lugar de Michael Jordan en 1984 o Greg Oden en lugar de Kevin Durant en el 2007), cuando se trata de escoger a hombres de perímetro Portland acierta y corre la mejor de las suertes. No hay más que ver lo bien que les fue el año pasado con la inesperada elección de Damian Lillard desde el pick 6 y que consiguió asentarse como el mejor base joven y el mejor rookie de esta campaña. Para seguir la estela, han conseguido a priori reunir otro buen draft este año en el pick 10 con C.J. McCollum. Este joven base/escolta de 21 años destaca por su multifuncionalidad a la hora de anotar y sobre todo si es desde la línea de 3 puntos. No tiene problema en asumir la posesión en los momentos calientes, aunque la falla su capacidad defensiva. Otro problema es que no es un jugador que distribuya especialmente bien el balón, aunque usándolo como escolta en minutos de rotación con Damian Lillard puede ser un dúo a tener en cuenta. A esto hay que añadir a Allen Crabbe, de un perfil anotador con ciertas similitudes a C.J. McCollum. Si a esto se le añade la incorporación de Jeff Withey, el draft de este año de los Blazers se resume en soberbio.  

Sigue la apuesta en firme por la juventud para Pistons: Si hay un asunto destacable en la franquicia de Detroit es la gran pareja interior de futuro que forman Andre Drummond y Greg Monroe. El problema se planteaba a la hora de encontrar perímetro, sobre todo teniendo en cuenta que Calderón va a buscar este verano una oferta, no por el montante económico, sino por lo exitoso deportivamente que pueda llegar a ser. Por mucho refuerzo que hagan los Pistons, está claro que no se corresponden con las aspiraciones del base extremeño, más pendiente de encontrar un equipo de auténtica élite que aspire a todo. Entre tanto, y teniendo bien cubiertas las posiciones titulares interiores, Detroit se ha decantado por un escolta como Kentavius Caldwell-Pope, siendo este segundo año su momento de explosión en la NCAA y considerado uno de los mejores anotadores. Pese a que su tiro de tres no es gran cosa y se le pone en duda su selección de tiro, guarda un buen equilibrio entre el ataque y la defensa. Capaz de anotar desde muchas posiciones y atacar con firmeza bien el aro. Su selección la componen un base que gusta especialmente como Peyton Siva por su capacidad de dirección y defensa y Tony Mitchell, un 3-4 con capacidad reboteadora.







FUENTES CONSULTADAS PARA LA ELABORACIÓN DEL TEXTO: 

www.basketamericano.com 
only2steps.blogspot.com.es

Fotografías: http://bleacherreport.com/articles/1527630-nba-draft-2013-grading-anthony-bennett-and-top-small-forward-prospects http://www.tuespaciodebaloncesto.com/p/nerlens-noel-ficha-nombre-completo.html http://comojuega.com/2013/05/16/trey-burke/ http://nba.si.com/2013/06/27/nba-draft-2013-trade-rumors-2/

viernes, 21 de junio de 2013

Miami Heat campeón de la NBA 2013


Miami Heat es campeón de la NBA en este año 2013. Lo es ya de manera oficial y lo es tras una final dura a 7 partidos contra todo un San Antonio Spurs y una de las más bellas que se recuerdan por lo tremendamente igualado. Ya habrá tiempo de expresar opiniones e ideas, pero primero quiero cerrar con esta línea de análisis durante todos estos playoff. El equipo de Florida ha conseguido el único objetivo posible y para el que fue creado: conseguir el anillo mientras tengan un bloque que permanezca intacto. Pero en ese camino que han tenido que recorrer se han encontrado con dos rivales, en el último tramo de la calzada, que más les podía complicar (y, curiosamente, los únicos que les han podido llevar hasta un Game 7). Puede que este anillo de Miami Heat sea el más meritorio de los 3 que tenga la franquicia.

Miami Heat llegó a estas Finales afrontando una prueba más complicada que el año pasado. No hay duda de que la pasada temporada sorprendió a todos el dolorosísimo 4-1 que le endosaron los de Spoelstra a Oklahoma City Thunder, un equipo con una estrella absoluta, un equipo eminentemente físico y que había llegado con unas fantásticas sensaciones. Miami Heat y LeBron James no titubearon y se llevaron el anillo de campeón. Para el de Akron, además, era el primero. Pero estos Miami Heat, esta franquicia construida exclusivamente para el éxito, necesitaba algo más. Como si estuviera viendo lo que iba a necesitar este año, incorporó para esta temporada a Ray Allen entre sus filas. Un jugador que lleva en su ADN el gen de las Finales y la palabra "decisivo" tatuada a fuego por debajo de su piel. Pero Miami necesitaba algo más que refuerzos, y era ver hasta dónde era capaz su plantilla de llegar, en esfuerzo y no refuerzos, en una eliminatoria grande. Este año lo tuvo por partida doble. Primero en la Conferencia Este, contra Indiana Pacers. Luego en la prueba de fuego definitiva, contra San Antonio Spurs.

Ambos rivales consiguieron, a su manera, hacer dudar a Miami Heat de si iba a ser capaz de conseguir el anillo. Incluso ponerlos seriamente contra las cuerdas. Unos, Indiana Pacers, durante un partido clave de diferencia. Otros, San Antonio Spurs, incluso, durante 24 segundos (una posesión) en el Game 6. Estos Miami Heat demostraron que no son un equipo absolutamente engrasado que haga el baloncesto de salón envidiable. Tienen sus carencias y su particular termómetro de medición (LeBron&Wade). De hecho, como perfecta definición de la palabra "equipo", Miami está muy lejos en concepto de Indiana Pacers (George, Hill, West, Hibbert) y muchísimo más de San Antonio Spurs (Duncan, Parker, Ginobili, Leonard, Green, Splitter, Diaw, Neal). El problema para ambos ha sido que Miami Heat tiene las mejores individualidades. Sin embargo han llegado a poner en serias dudas el reinado para el que fueron concebidos los de Spoelstra. Y lo hicieron con movimiento de balón en el perímetro (Spurs), machacando el punto más débil del rival (Pacers con Roy Hibbert), buscando un antiLeBron (George en el caso de Pacers, Leonard en el caso de Spurs). Si los dos equipos los llevaron al séptimo partido fue por algo.

La principal carencia de Miami Heat es su mejor virtud: Son las mejores individualidades de la liga mezcladas en un equipo. No juegan como tal pero sí aparecen, uno por uno indistintamente y debido a su calidad, en los momentos clave como un único jugador que desatasca un partido. Miami no tiene ni de lejos la defensa coral de Pacers ni el ataque fluido de Spurs. Pero sus individualidades están a años luz de las de Brooklyn Nets, por poner un ejemplo. Lo que sí que tiene Miami Heat es al mejor jugador de la NBA (LeBron James), al más eléctrico cuando asume su papel de estrella  y está acertado (Dwyane Wade), a tiradores creados exclusivamente para los clutch time en unas Finales (Ray Allen, Shane Battier, Mike Miller), a alguien que haga las veces de diablo con el trabajo más sucio (Chris Bosh, Chris Andersen), a jugadores que no desentonen con el nivel para la causa (Mario Chalmers, Udonis Haslem). Estos jugadores rara vez han afrontado un partido importante jugando, literalmente, como un equipo coral. Pero lo que es innegable es que han aparecido, como jugadores, en momentos clave de los Playoff e indistintamente, para, si no ganar un partido, dejarlo muy encarrilado. Anotando canastas clave, asumiendo su rol momentáneo de héroe desatascador. De hecho, se ve este aspecto hasta en su defensa. Aboga más por ser física e individual que por táctica y colectiva. Más por los 2 para 1 que por mantener un bloque que cierre la zona. Sin embargo todo esto se resume en algo simple. Eso sí. Es de elogiar que Miami, equipo creado para jugar al contraataque, haya sabido adaptarse a las necesidades y a las exigencias que le ha creado el rival. Seguramente ni el 20% de sus victorias en Regular Season haya sido como las conseguidas, por forma y por juego, en las Finales del Este y de la NBA contra Pacers y Spurs respectivamente. Eso habla muy bien precisamente de ese asunto. Sus individualidades tienen tanto nivel y tanta calidad que hacen que, si aparecen, todas juntas ganen un anillo.

Es muy complicado quedarse con un solo momento de estas Finales. Quizá la imagen más significativa, por todo lo que conllevó, fuera el triple de Ray Allen. Durante ese lanzamiento el mundo entero se paró. Un triple que al final significó mucho más que una prórroga en un Game 6. Pero es que ha habido muchos y de todos. El rebote y la propia asistencia de Chris Bosh para el susodicho triple, la canasta decisiva de Tony Parker en el Game 1, el triple sin zapatilla de un emergente en Finales Mike Miller, las lecciones maestras de Popovich desde el banco, el liderazgo de LeBron James activándose él mismo y a sus compañeros (con y sin cinta de la cabeza), el récord desde el triple de Danny Green, Spoelstra pidiendo paciencia a sus hombres porque el momento llegaría, el resurgir de Manu Ginóbili en el Game 5, los triples de Battier en el partido más decisivo del año, las canastas imposibles desde la pintura de Tim Duncan, las acciones físicas de Dwyane Wade tirándose al suelo, la admiración de la futura estrella por todo lo que será Kawhi Leonard, los tiros desde el lateral de Udonis Haslem, los momentos de Gary Neal con los triples a tabla, las rachas anotadoras de Mario Chalmers... imposible decidir un solo momento de estas Finales. Mejor apreciar estos y otros detalles. Como la celebración de LeBron James con respecto al año anterior. Más pausada, sin el sentir de esa losa del anillo que le podría perseguir en su carrera. De la cara de Tim Duncan tras fallar ese palmeo, una acción que no empaña ni su nivel, ni lo que ha hecho ni lo que es: el mejor 4 en la historia de la NBA. De la alegría de Dwyane Wade, absolutamente vital en todos los anillos que ha conseguido Miami Heat y pidiendo en rueda de prensa que le llamaran "Three". De Manu Ginóbili, consciente de su irregularidad y de lo mucho que ha repercutido en el resultado final de la eliminatoria. Incluso de Eric Spoelstra, joven pero demostrando una entereza brutal asumiendo el valor que tenían estos Spurs y asumiendo su propio valor de haber llevado al equipo a la gloria. Pat Riley tiene lo que buscó.

Pero no quiero acabar sin hacer una mención especial. Pese a que en los días posteriores San Antonio Spurs va a recibir por mi parte su justo espacio, no hay que olvidarse tampoco aquí de la franquicia tejana. Una dinastía que pudo haber ampliado su legado a 5 anillos. Un equipo que había ganado todas las Finales a las que llegó con un matrimonio bandera en común: Tim Duncan y Gregg Popovich. Un EQUIPO (espero que se me permita la licencia de poner las mayúsculas aquí) que ha demostrado al mundo que su baloncesto ha sido de salón, de manual, de goce, de disfrute, de cubo debajo de la boca para recoger la saliva, de pizarra, de avasallamiento, de abuso, de impotencia rival, de fe, de lucha, de admiración, de grandeza, de valentía, de récord, de historia, de recuerdo, de gratitud y de quitarse el sombrero. Una plantilla que fueron poseídos por ángeles a la hora de mover la pelota, que fueron tocados por una varita a la hora de plantar espectáculos baloncestísticos de alto calibre. Un absoluto conjunto de jugadores que se ha quedado con la miel en los labios. Si de verdad amamos el baloncesto, admiremos a San Antonio Spurs, por favor. Han compuesto una oda a nuestro bien más preciado difícilmente repetible por situación, juego y espíritu. Nadie les invitó a la fiesta a principio de temporada y a punto han estado de convertirse en los reyes del baile.







martes, 4 de junio de 2013

Análisis de las Finales NBA



Al fin ha llegado el momento. Tras 82 partidos de cada uno de los 30 equipos de la NBA y tras 3 cruces de Playoff en los que se ha vivido de todo, las ansiadas Finales NBA han llegado. El trofeo Larry O'Brian ya está esperando para ser levantado al mejor de 7 partidos. San Antonio Spurs con excesiva tranquilidad y Miami Heat pasando el mayor de los apuros se verán en una Final que promete ser épica.

San Antonio Spurs

Hace más de una semana que los hombres de Popovich están de vacaciones. Los culpables, además de los propios jugadores, fueron los malos partidos que realizaron los Grizzlies. Zach Randolph no existió en ningún momento y en el equipo de Hollins se echó mucho de menos a tiradores desde el perímetro. Tony Parker siguió demostrando por qué está en la cúspide de su carrera y Tim Duncan que su enésima juventud no solo viene precedido de perder a conciencia 13 kilos para mantenerse en forma. 

La sorprendente barrida por 4-0 a los Grizzlies demostró también otro aspecto importante en la NBA. La misma técnica que ha servido para derrotar a un rival la serie anterior (Grizzlies contra Thunder) e incluso hace dos años (Grizzlies ganó a Spurs en playoff) no sirve para nada en el siguiente paso si no se toman las medidas correctas. La ausencia de la pintura (desaparecidos) y tiradores (no fichados) en Grizzlies, el buen hacer coral de los de Popovich y sobre todo una defensa de manual contra los puntos más fuertes de los hombres de Hollins propiciaron una debacle para Memphis. Pocos se esperaban una paliza de tal magnitud. De hecho, hubo analistas que dijeron un 3-4 favorable a los osos. La decepción es más por el cómo se ha producido que por el hecho de que Spurs superase a Grizzlies.

Incluso hay un asunto muy favorable para la franquicia tejana. Cuando San Antonio tuvo que necesitar de las estrellas aparecieron asumiendo los galones. Memphis pudo haber ganado, al menos, 2 partidos en esta serie con las dos prórrogas a las que llegaron en el Game 2 y en el Game 3. El primer partido fue un señor baño demostrando que San Antonio reúne el juego en equipo europeizado con la consistencia anotadora estadounidense. Un rival complicado de batir. Pero tuvo dos partidos en los que podría haber caído. Y justamente en esos fueron donde aparecieron Tim Duncan y Tony Parker. Si quedaba alguien que dudaba de la aportación de Manu Ginobili, ni que decir tiene que el argentino siempre sabe anotar cuando su equipo flojea más. Años y años después, las estrellas de Spurs son las que se consolidaron lustros atrás. Y llegan en buena forma.

Por eso San Antonio Spurs afronta a esta final con la mejor situación posible. Llegan absolutamente descansados y frescos; con mucho tiempo para afrontar lo que les llega y tras haber podido analizar al rival en sus últimos 7 partidos de playoff. 

Miami Heat

Que Miami Heat es el equipo que más en forma ha estado de toda la NBA es algo que nadie debe poner en duda. Sus estadísticas colectivas, individuales y sensaciones así lo confirman. Han conseguido una meritoria ventaja de campo y solamente han perdido en su cancha 4 partidos, el mismo número que los separa de conseguir su segundo anillo tras 3 finales consecutivas. Pero no llegan de la manera que quizá querrían.

Indiana Pacers ha conseguido poner contra las cuerdas a los hombres de Spoelstra. Un equipo construido gracias a Larry Bird y comandado por un prioritariamente defensivo Frank Vogel que ha hecho de Indiana uno de los mejores bloques de toda la liga. Hay que ser conscientes del tremendo mérito que han tenido estos Pacers. Una plantilla que funciona como un equipo y que no pudo contar con su inicial jugador estrella Danny Granger esta temporada. Aún así aprendieron a ser un hueso duro y han demostrado su gran capacidad para hacer frente a cualquier equipo, incluso contra Miami. La aparición de Roy Hibbert para el momento clave, la transformación de jugador extraordinario a estrella de Paul George, la consistencia de David West en la pintura... un elenco de jugadores y situaciones que hicieron disfrutar a los aficionados de Indiana de una de las mejores defensas jamás realizadas. Una temporada excepcional que debe servir de aliciente para mantener el bloque. Una cohesión que peligra este año debido a que David West se convierte en agente libre este verano.

Pero sin restar ningún tipo de mérito a Indiana Pacers, Miami Heat se ha visto por primera vez en toda la temporada con inseguridades muy importantes a la hora de alcanzar el éxito. La más grave ha llegado hasta el Game 7 de la madrugada de ayer, en el que al final aparecieron los hombres que Spoelstra necesitaba. Sobre todo por parte de Wade, que asumió que él también tiene un papel primordial en la franquicia si quiere levantar por tercera vez en su carrera el trofeo de campeón de la NBA. Y es que hasta ayer, LeBron James se había encontrado sorprendentemente él solo contra el mundo. Los 3 partidos que Miami ganó fue en parte y prácticamente en total gracias al magnífico estado de forma que mantiene LeBron. Un líder indiscutible, una estrella que brilla con luz propia sobre cualquier otra, un jugador que es tan completo y determinante como versátil y fundamental. En definitiva, el mejor jugador que hay ahora mismo en toda la NBA. 

Miami Heat no llega a las Finales quizá con solvencia, pero sí con los ánimos renovados tras los 6 primeros partidos contra Indiana. Ha recuperado a jugadores como Wade y Ray Allen, está a la espera de que aparezca la mejor versión de Chris Bosh y, sobre todo, tiene en forma al jugador más regular y mas importante de todos como es LeBron James. No las afronta con totales garantías, pero desde luego que lo hace con muchas mejores sensaciones que en partidos anteriores. 


NBA FINALS: MIAMI HEAT vs SAN ANTONIO SPURS

6 anillos en total reúnen las dos franquicias. En San Antonio prácticamente se puede hablar de dinastía, ya que en sus 4 anillos (1999, 2003, 2005, 2007) no llegó a pasar un lustro. De hecho, en 3 de ellos, simplemente hubo una breve transición hacia el éxito, y todos ellos con denominador común: Tim Duncan y Gregg Popovich. La pareja de entrenador-jugador más exitosa de los últimos 30 años. Por su parte, Miami tiene una corta trayectoria pero no menos intensa. Dwyane Wade y Pat Riley conforman el matrimonio del éxito en la franquicia de Florida. En 2006 Miami pegó el pelotazo con el anillo de campeón gracias a la excepcional pareja formada entre el propio Wade y Shaquille O'Neal. Su importancia en el panorama de la NBA adquirió el mayor de los grados con la conformación de uno de los grandes elencos de estrellas jamás visto: Chris Bosh, Dwyane Wade y LeBron James. Ambos equipos son campeones y tienen licencia para ganar, así que no cabe lugar a las especulaciones. Ninguno puede subestimar al otro.


EL DUELO

Big Three: Sin duda lo primero que viene al hablar de estos dos equipos son los 3 pilares básicos sobre los que se asienta cada uno. Un trío de auténtico lujo Old School en San Antonio (Tim Duncan, Tony Parker, Manu Ginobili) contra el trío de la nueva era en Miami (Dwyane Wade, LeBron James, Chris Bosh). El trío tejano de la calidad, de la inteligencia y de la experiencia contra el trío floridiano del físico, del hambre y de la determinación. Quede ya claro que si no funcionan los 3 hombres principales de cada equipo, las posibilidades de que su franquicia se lleve el éxito se reducen a la mitad. No son igual de determinantes los 6, pero desde luego sí son necesarios para que aparezcan en los momentos claves del encuentro.

Papel primordial de los secundarios: Sin que sirva de tópico, a las Finales han llegado los mejores o, al menos, los que han tenido mayor fondo de armario en su plantilla. Por ello los secundarios van a ser elementos igual de determinantes que los primeras espadas de cada equipo. Sabiendo que el triple va a ser una de las armas fundamentales en esta serie (Matt Bonner, Danny Green, Kawhi Leonard contra Ray Allen, Shane Battier, Mike Miller), el papel de minutos de calidad en ataque y de desgaste en defensa que puedan hacer los menos habituales será crucial. Determinante el factor Chris Andersen en Heat y Thiago Splitter en Spurs. No van a ser los máximos anotadores ni mucho menos, pero si están bien en defensa y cumplen en ataque sus equipos van a tener mucho ganado. Ojo a la aparición también de Boris Diaw en Spurs.

Aspecto físico: el único punto en el que Spurs se descuelga un poco. San Antonio ha tenido tiempo para descansar de sobra de cara a hacer un primer partido soberbio físicamente hablando en la serie, pero Miami, en general, presenta un mayor oficio físico por cuerpo y juventud que los de Popovich. Si la serie se alarga y los propios partidos, ya de por sí, se tornan duros físicamente Spurs puede sufrir mucho. Recordemos lo que les pasó el año pasado ante Oklahoma City Thunder. El potente vendaval de los de Scott Brooks no dejó opción táctica al equipo tejano. Si San Antonio sabe suplir su, en principio, desventaja física con ventaja táctica conseguirá que Miami se desgaste más y se equiparen las fuerzas.


FACTORES CLAVE

-----Miami Heat-----

Contraataque: una de las mejores armas que tienen los de Spoelstra. A lo largo de la temporada ya ha sido característico en el equipo de Florida salir a correr al contraataque con rebote defensivo o robo de balón. Una de las franquicias que mejor finaliza este tipo de jugadas gracias a la gran zancada de dos carrileros de excepción: LeBron James y Dwyane Wade. En muchos casos la jugada finaliza con un alley oop. Si a Miami Heat se le permite correr, el partido está perdido; y si el ritmo de anotación es elevado se hace prácticamente imposible derrotar a los de South Beach con un tanteo de 100 puntos.

Defensa física individual: La manera de defender de Miami se basa bastante en la antigua usanza de "bajar el trasero". La disposición de jugadores muy físicos para defender permite que las defensas individualizadas puedan dar sus frutos ante los rivales. Además, en muchos casos, ese físico permite hacer un 2 para 1 sin correr el peligro de no llegar a puntear al hombre que dejan solo. Esta defensa guarda un fuerte problema, y es que si los 5 no están en tensión y elaborando bien cada defensa individual, el rival puede coser con penetraciones o tiros abiertos.

Modo apisonadora: Puede que ningún otro equipo pueda arrasar de manera tan brutal a su rival como lo hace Miami si está en estado de gracia. Los de Spoelstra tienen un don cuando están en racha, y es que consiguen crear parciales de auténtico escándalo de todas las maneras posibles: en penetración, contraataque, segundas oportunidades y, por supuesto, desde el triple. Cuando los de Florida están inspirados no hay equipo que les haga frente. Los puntos llueven de todos los lados y se envalentonan en una vorágine de anotación prácticamente imparable, que va desde alleyoops a LeBron hasta triples consecutivos de Mike Miller.


***El dato: LeBron James vuelve a verse la caras contra San Antonio Spurs en una situación totalmente diferente. Ha cambiado Cleveland Cavaliers por Miami Heat, ha cambiado el factor cancha a favor y se ha convertido en el mejor jugador total de toda la NBA. Hace 6 años LeBron no fue LeBron, pero el año pasado superó esa barrera psicológica de las Finales. Miami, con su mejor hombre al mando, está ante la posibilidad, por proyecto, de un three peat si lograse el segundo este año. ¿Habrá vendetta de LeBron James?


-----San Antonio Spurs-----

Movimiento de balón: uno de los aspectos que más ha caracterizado a la franquicia tejana ha sido el excelso movimiento de balón que ha realizado durante sus mejores partidos. Posiciones móviles bien marcadas, tiradores en las esquinas, hombre interior en la parte alta de la zona y bloqueos y pantallas para penetraciones. Un esquema grandilocuente que ha permitido circular el balón ante las defensas más duras y dar una exhibición ante las más blandas. Si San Antonio es fiel a su estilo de mover el balón, muy pocos equipos, por no decir casi ninguno, puede parar su sangría. 

Defensa táctica colectiva: el recital que dieron ante Grizzlies solo es una de las muchas maneras que tiene este equipo para defender. Tácticamente ofrece un planteamiento defensivo tan amplio como complicado de atajar. Su sistema se basa en las constantes ayudas interiores y en el punteo de los tiros desde fuera. Su fuerte no es una defensa que corra a la hora de defender, sino una defensa perfectamente posicionada para afrontar los ataques. Esta vez más que nunca la defensa táctica tendrá que centrarse en LeBron James y en las posibles ayudas. Las penetraciones de LeBron pueden provocar tiros fáciles abiertos al doblar el balón. Spurs necesitará mantener ese nivel para que James se vaya las menos veces posibles de su defensor (o Green o Leonard) y no se creen muchas situaciones de 2 para 1.

Pizarra Popovich: Gregg Popovich habrá tenido tiempo de analizar de cabo a rabo a su rival a lo largo de los 7 partidos. Por lógica, el entrenador de Spurs ya se habría hecho una idea de por dónde flojean los de Spoelstra, pero sin duda sus tiempos muertos en los momentos precisos, los cambios en los minutos adecuados y la táctica de faltas a seguir en las situaciones más decisivas marcará el éxito de San Antonio Spurs. Gregg Popovich es el arma de mayor fiabilidad que tienen los tejanos. Con él en los banquillos, no existe partido perdido hasta que el propio Pops lo dé por perdido. Su tranquilidad y sus sistemas ofensivos y defensivos marcarán una buena parte de la serie. Mucho ojo a las prioridades que puede tener Gregg Popovich con sus jugadores. Puede hacer que se sacrifiquen determinados jugadores en defensa y que otros rindan en ataque. Nada será suficiente si quiere alcanzar el éxito en estas Finales.


***El dato: San Antonio Spurs ha ganado todas las Finales que ha disputado (y en todas, salvo en esta ocasión, tenía factor cancha a favor), y todas ellas fueron en años impares. Entre el primer y segundo anillo, es decir, entre 1999  y 2003, pasaron 4 años. Del último conseguido en 2007 a éste que pueden ganar en 2013, han transcurrido 5 años ¿Se cerrará el círculo de la dinastía de estos años con un quinto y último anillo?.


PRONÓSTICO: Miami Heat 4 - San Antonio Spurs 2

Campeón de la NBA: Miami Heat

MVP: LeBron James. Temporada espectacular (otra vez) que la puede cerrar con una nueva gloria colectiva.

Miami Heat, a 7 partidos con factor cancha a favor, es un rival  muy complicado de ganar. Se ha visto contra Indiana Pacers y además es la primera vez en unas Finales NBA que San Antonio Spurs no cuenta con el factor cancha a favor. Los dos son campeones, así que no subestimemos ninguno de sus corazones.

lunes, 20 de mayo de 2013

Análisis Finales de Conferencia Este de la NBA


Al fin se conocen los dos equipos más potentes en la Conferencia Este que lucharán por el anillo. Desde la madrugada del próximo miércoles, Miami Heat e Indana Pacers lucharán en la batalla a 7 partidos de las Finales de Conferencia Este en la NBA. Uno de los aspirantes a ganar el anillo contra uno de los más regulares, consistentes y sorprendentes.

Miami Heat

Ninguna sorpresa al respecto en su trayectoria. Durante estos playoff, Miami arrolló a Milwaukee Bucks 4-0 en su primera serie y en semifinales solamente cedieron un encuentro ante los Bulls. Con mejores sensaciones en unos partidos que en otros, pero los de Spoelstra siguen con paso firme hacia su único objetivo posible: ganar el anillo. En cierta medida les vino bien que Chicago les arengase ganando el primer partido en el American Airlines Arena. Sirvió para que despertasen y se dieran cuenta que el camino, poco a poco y aunque sean los favoritos, se va a ir complicando. De hecho, con su victoria por 4-1 ante los Bulls se cumplió otra estadística: desde que el Big Three (LeBron, Wade, Bosh) está en playoff, siempre que han perdido el primer partido de una serie han ganado los 4 siguientes. Lo hicieron en 2010 contra los Bulls, lo repitieron en las Finales de 2011 con el anillo contra los Thunder y volvieron a ejecutarlo este año contra los Bulls. Importante dato a tener en cuenta de caer en el primer partido de la serie.

Si algo ha caracterizado a Miami esta temporada es que, desde antes de empezar la misma, su objetivo siempre ha sido el mismo: ganar el anillo. Ha sido el equipo con mejor promedio de toda la NBA (66 victorias - 16 derrotas) e incluso este año entraron en la historia con la 2ª mejor racha de partidos consecutivos ganando (27), solamente superada por esa racha triunfal de los Lakers del 72 con 33 encuentros conociendo la victoria. Este año cumplió más la lógica si cabe contando con que, al bloque triunfal del año pasado, se ha añadido calidad (Ray Allen) y acierto (Chris Andersen) a partes iguales. Dos pequeños arreglos y el combinado es perfecto. No es de extrañar que la aspiración de los de Florida sea repetir con el anillo. 

Si su temporada fue brutal, en lo que llevamos de playoff se están coronando. Solo han perdido un partido, son 2º en número de asistencias por partido, 1º en defensa dejando en un 40'9% de acierto a los rivales y 1º en generadores de juego y eficiencia en el tiro con un 54%. Cierto es que se han enfrentado a rivales de menor entidad como Bucks y Bulls, pero se lo han ganado gracias a su brillante temporada. Por eso ahora llega su verdadero reto. Unas Finales de Conferencia contra una de las defensas más perseverantes.

Indiana Pacers

Pocos equipos hay que puedan presumir de la solidez defensiva de Indiana Pacers actualmente en la NBA. En estos playoff, los de Frank Vogel han ganado a Atlanta Hawks, casi como era previsto, pero además han dejado fuera a los New York Knicks. Unos Knicks que, en cierta medida, se puede calificar de "mala" su estancia en los Playoff, sobre todo después de ver su gran juego desplegado a rachas durante la Regular Season. El caso es que Indiana se ha mostrado intratable en el Bankers Life Fieldhouse (no ha perdido un solo partido en casa) y además llega con mucha moral tras deslumbrar con una defensa inquebrantable ante los de Woodson. Cedieron terreno en cancha ajena y apuntalaron a sus rivales para llevarse por 6 partidos sus dos series anteriores. Su única pega, que era quedar 3º en la liga regular, la han solventado con el único rival posible hasta plantarse en las Finales de Conferencia.

El equipo de Indianápolis ha continuado con su seguro formato que tantos réditos dio el año pasado. Prácticamente ha cuadrado los mismos números que la temporada anterior, añadiendo que en esta no ha podido contar con el supuesto jugador franquicia, Danny Granger. Los de Vogel se encontraron sin la posibilidad de contar con un jugador anotador y consumado como Granger, pero ese mismo punto les ha hecho ser más fuertes. De hecho, para estos playoff han incorporado a un jugador fundamental que durante la temporada no estuvo bien: Roy Hibbert. Ahora el pívot se encuentra en un gran estado de forma, empieza a justificar su salario y es un referente en la pintura con sus más de 2'20. Además, Indianas se ha compenetrado todavía más si cabe para ser un equipo arduo, guerrero, sólido y con ánimo de hacer las cosas bien. Han conseguido ser un equipo que juega compenetrado y que, sin desplegar un baloncesto brillante ni mucho menos, sí que consigue ser al menos efectivo.

Sin duda sus dos aspectos más marcados hasta ahora han sido la gran solidez defensiva y el dominio en el apartado reboteador. Pacers sigue haciendo buena la máxima de "ganaré no por meter muchos puntos, sino por permitir que metan muy pocos". Y con esa filosofía ha continuado hasta ser el que más rebotes captura en estos playoff y el 3º que peor porcentaje de tiro deja a los rivales (41'6% en tiros de campo). El propio Carmelo Anthony dijo al término de la serie que era un infierno intentar penetrar en esa zona, y de momento así ha sido cada vez que algún equipo se ha enfrentado a Indiana Pacers.

EL DUELO

Funcionamiento de equipo: dos ejemplos perfectos de lo que significa complementar una plantilla y tener una buena química de equipo. Cada uno a su manera y con un baloncesto diferente, pero su roster permite que con su baloncesto almacenen victorias y hagan sufrir a los rivales. Pese a que pueda haber más dependencia de jugadores de Miami que de Indiana, lo cierto es que cuando funcionan como bloque (y saben funcionar así) sus partidos se cuentan por victorias. Los que mejor funcionen dando con la tecla en ataque aumentarán sus opciones de llevarse la serie.

Defensa: la defensa de Indiana Pacers ya es un símbolo en la NBA, pero aunque no le caracterice especialmente defender a Miami Heat, sí es una faceta que pueden desarrollar y cumplir. Chris Bosh y Chris Andersen no son altos, pero son bregadores. En el perímetro, LeBron tiene capacidad suficiente para defender a cualquiera, Wade un gran físico y Chalmers puede hacerlo con ayudas. La defensa de Pacers es más coral y táctica, la de Heat más individualizada y física; pero ambos si quieren pueden llegar a hacer buenas defensas. Y ya se sabe que querer es poder. En el Este la defensa siempre es un aspecto a tener en cuenta.

Estado físico y psicológico: Los dos llegan en un momento dulce y sin excusas. A excepción de ligeros problemas de Wade, y el acostumbrado juego que Pacers ha tenido que hacer sin Granger, ningún equipo llega con problemas físicos. El hecho de que empiecen el miércoles da descanso de sobra para prepararse. El estado físico demostrado por ambos es excepcional, sin ningún tipo de excusas y con el mejor momento de forma posible, sobre todo teniendo en cuenta el de Roy Hibbert. Y si están preparados en el aspecto físico, mucho mayor en el psicológico. Miami Heat se sabe campeón y favorito, y no ha titubeado hasta llegar donde está. Lleva toda la temporada demostrando que son los mejores por plantilla, ambición y resultados. Pero Pacers ya ha dejado caer alguna que otra perla. Vogel ha declarado que Miami "no es más que otro equipo que se cruza en su camino". No les falta ambición a ninguno. Ganará el que lo haga mejor sobre la pista, sin excusas.

Las marchas de Miami y los bajones de Pacers: el cuarto punto común de ambos equipos se centran en sus respectivos puntos débiles. Si hay un momento en el que Miami Heat baja el listón, es cuando aplica su teoría de las marchas. Los de Spoelstra apenas han jugado nunca al nivel máximo, con la quinta marcha puesta. Siempre han ido administrando sus fuerzas para ganar los partidos, siempre con lo justo. Alguna vez han necesitado meter una marcha más, pero ha habido partidos en el que han tardado en hacer el cambio y el coche ha calado. Ése es el momento que hay que aprovechar para apuntalar a los de Florida. El problema es que Pacers también tiene ese punto débil. A lo largo de todos los partidos, y ante la imposibilidad de mantener siempre la misma intensidad, los de Vogel atraviesan momentos bajos que les cuestan parciales. Si Miami ve ese momento, los parciales que pueden caer son demoledores. Quien tenga menos fallos en sus peores momentos respectivos tendrá la mitad del choque.

FACTORES CLAVE

Big Three: LeBron James, Dwyane Wade y Chris Bosh. Si estos tres jugadores están tocados por una varita mágica, ningún tipo de rival actualmente en la NBA puede con ellos. Son el mejor trío de la NBA y cubren todas las posiciones en la pista. Solamente desde el enfoque de que no siempre van a estar bien, habrá alguna posibilidad. No es de extrañar que Spoelstra dijera que Bosh es su hombre más importante. El año pasado también se vieron las caras contra los Pacers y hasta que Bosh no volvió de su lesión Miami no encontró la luz al final del túnel. Da consistencia, equilibrio y variantes en el tiro al juego de Heat. Bosh es más necesario de lo que se piensa. Si Wade no se resiente de sus molestias físicas, va a ser el escudero que necesita LeBron. Un medio clon con capacidad anotadora abrumadora en la penetración. Y LeBron James, actual y justísimo MVP, es el jugador más completo de toda la NBA. Si quiere ser el líder, lo será. Y si está enchufado, no habrá posibilidad ni alma de este planeta que pueda pararlo. 

Quinteto sólido de Pacers: Conforman posiblemente el mejor quinteto de la NBA, salvo por Lance Stephenson, titular improvisado sin el mismo nivel que sus 4 compañeros (aunque cada vez, parece que menos). 4 jugadores citados de carrerilla que han conseguido una unión y un equilibrio perfecto en un equipo: George Hill, Paul George, David West y Roy Hibbert. La mejor noticia para Pacers es que éste último está de vuelta. Hibbert había pasado casi de puntillas con sus aportaciones mínimas al equipo, pero durante estos playoff el gigantón está en su mejor estado de forma. Dominio absoluto de los rebotes, referencia continua en la pintura y trascendencia de juego en el ataque. Entre los 4 forman una defensa agrupada y un movimiento de balón efectivo. El juego de dentro-fuera con Hibbert-George o Hibbert-Hill está nutriendo de puntos el granero de Indiana. Sumándole al incansable David West moviéndose en la zona y creando espacios a Hibbert, conforman un cuarteto sólido. Si se le añaden los destellos que Stephenson pueda llegar a aportar, el quinteto es un buen motivo para ilusionarse.

Secundarios de Heat: Que a nadie se le olvide quién ayudó sobremanera al anillo del año pasado en el equipo de Florida. Mike Miller, Shane Battier, Norris Cole. Miami Heat tiene uno de los 3 mejores banquillos de toda la NBA. Base físico capaz de anotar triples (Cole), jugador experimentado salido para masacrar desde el triple (Shane Battier), jugador únicamente para cercenar desde la 7,22 (Mike Miller), una superestrella de lujo desde el banco con la muñeca más rápida de la liga (Ray Allen) y una apuesta que ha supuesto el mayor acierto de un jugador en muchos años (Chris Andersen). Miami tiene tantas armas como jugadores en su roster. No hay situación más agradecida en un equipo de baloncesto.

Factor cancha: El American Airlines Arena empezará siendo el juez de esta serie. En su pista, Miami se ha mostrado muy sólido durante toda la temporada (solo perdió 4 partidos de 41 posibles) y durante los playoff solamente cayó el primer partido contra Bulls, y fue peor para los de Thibodeau por la furia posterior de los de Florida. El asunto es que Indiana Pacers NO ha perdido todavía en su cancha en estos Playoffs. De hecho, de los 2 primeros partidos siempre ha arrebatado uno a su rival en su propia cancha. Lo demás, coser y cantar. Ha hecho del Bankers Life Fieldhouse su fortín, pese a perder 11 partidos en Regular Season. Pero Miami ha permanecido estable... e Indiana ha ido de menos a más. 

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PRONÓSTICO: Miami Heat 4 - Indiana Pacers 2

Miami va a luchar por un three peat (proyecto tiene para un par de años más) y todo ello pasa, entre otras cosas, por empezar ganando en este momento a los Pacers. LeBron James ha madurado como jugador y el año pasado demostró de lo que es capaz si está on fire. Los Heat llegan igual de rodados que Pacers, pero con la ventaja de que son mejor equipo y sabrán aprovechar mejor sus armas en el momento justo.








sábado, 18 de mayo de 2013

Análisis de Finales de Conferencia Oeste NBA


Con una rapidez quizá inesperada se han decidido los dos equipos que disputarán la Final de la Conferencia Oeste en la NBA. San Antonio Spurs y Memphis Grizzlies se verán las caras a partir de la madrugada de este domingo en el que hay muchos factores que analizar en sus trayectorias. No obstante, seguro que ésta no era la final de Conferencia Oeste soñada por David Stern para su último año de mandato en la NBA.

San Antonio Spurs

Llegan a estas Finales tras abusar del mayor fracaso en mucho tiempo de una franquicia en la NBA (Lakers) y tras sufrir contra uno de los matagigantes de este año, los Golden State Warriors. Pese a que el resultado final de la eliminación fue 4-2, los de Popovich ganaron el primer partido de la serie gracias a un triple sobre la bocina de Manu Ginóbili. Ese partido lo tenían perdido y solamente la inexperiencia de los de Marc Jackson les pudo dar opciones de llevarse el encuentro. Ya habrá tiempo para ensalzar la encomiable temporada que han hecho los de Oakland, sobre todo por las formas a las que han llegado a unas semifinales de Conferencia anestesiando a Denver Nuggets.

San Antonio Spurs gradualmente ha ido creando su propia dinastía. Los años impares fueron sinónimo de éxito, y la franquicia, apoyada en 3 pilares desde entonces (Parker, Duncan, Ginóbili) no ha hecho sino crecer a los mandos de uno de los mayores genios en el banquillo (Gregg Popovich). Es evidente que su punto en contra y el que le jugó la peor de las pasadas fue el físico. El año pasado Oklahoma City Thunder los borró del mapa imponiendo un juego con un ritmo endemoniado que los de Pops ni pudieron igualar.

Con su principal arma como es el juego en equipo (23 asistencias por partido, el 2º mejor de toda la NBA), Spurs ha conseguido hacer una temporada notable, siendo de nuevo de manera única en la NBA por 13ª vez consecutiva, la franquicia en volver a alcanzar más de 50 victorias. 

Memphis Grizzlies

Si el juego en equipo es lo que caracteriza a Spurs, no es un apartado menos importante en Memphis Grizzlies. Los ositos han llegado a las Finales de Conferencia tras deshacerse de dos auténticos titanes: Los Ángeles Clippers y Oklahoma City Thunder. Es posible que en ambos casos surjan detractores que empequeñezcan la labor de los de Lionel Hollins. Los Clippers no han encontrado ni a la mejor versión del trabajo coral, ni a un Blake Griffin físicamente notable. Y de Thunder no se diga. Perdieron a el gran valedor de Kevin Durant como es Russell Westbrook, no ha existido ningún sexto hombre ni ningún sustituto de Harden (Kevin Martin) y para colmo Ibaka solamente ha hecho un partido bueno. De Perkins, ni hablamos (13% en tiros de campo en toda la serie sin superar los 10 puntos).

Pero algo de culpa tendrá Memphis cuando se ha deshecho de dos rivales que optaban a ser de los más potentes en estos playoff. Incluso algo de culpa tendrá cuando, por primera vez en su historia, consiguen alcanzar las Finales de Conferencia. Los Grizzlies son el perfecto ejemplo del trabajo bien hecho desde los despachos hasta la pista. Con un margen salarial abrumador (Rudy Gay, Speights, Ellington) consiguieron renovarse a mitad de temporada (Prince, Davis) sin perder un ápice de competitividad. Al contrario, consiguieron formar un nuevo bloque igual de consistente. Sin Rudy Gay los Grizzlies lograron un balance de 34-14, el tercer mejor récod en la liga desde entonces. Hollins se encargó de remachar las piezas nuevas para que existiera un perfecto equilibrio entre el ataque y la defensa, entre la pintura y el perímetro, entre las estrellas y los apoyos. Y ha conseguido, con un gran dominio del baloncesto, llegar hasta donde está hoy.

Está claro que el punto más fuerte de Grizzlies es la pintura. Sobre la teoría una de las mejores, y en la práctica la mejor (Zach Randolph, Marc Gasol, Ed Davis, Darrel Arthur) es el equipo de la NBA que más tiros ejecuta desde la zona. Conocedores de su poder ahí abajo, lo compaginan con un equilibrado 34% entre sus tiros de zona, media distancia y triple. Pero ese equilibrio también está en la defensa. Basta mirar los premios defensivos: Mejor Jugador Defensivo (Marc Gasol) y hasta 3 integrantes del equipo en los quintetos defensivos (Tony Allen, Mike Conley, Marc Gasol).

EL DUELO

Dos equipos bien compactados: Ambos puede que sean el sinónimo de la palabra "equipo" en la Conferencia Oeste. Los dos están diseñados para que casi todas sus piezas funcionen tanto en ataque como en defensa. Los dos ofrecen banquillo con máximos exponentes (Ginobili, Bayless) y una labor conjunta encomiable. Prácticamente los defectos del uno (poca salida para contraataque) son los mismos defectos del otro. Los dos tienen pintura y tienen triple.

Lucha sin cuartel en la zona: sin lugar a dudas el primer elemento diferencial durante las Finales será la pelea en la pintura. Tim Duncan que atraviesa su enésima juventud hará frente a Zach Randolph en el supuesto emparejamiento. Por supuesto, habrá que tener muy en cuenta las ayudas que le haga Marc Gasol... y los espacios que ese 2 para 1 pueda crear. Sea como sea, la zona va a ser vital en esta eliminatoria. Tanto en los ataques como en las defensas. 

Elemento sorpresa de ambos con el perímetro: Pese a que no suele ser lo primero en lo que fijarse, los dos equipos poseen jugadores para cercenar desde la línea de tres puntos. Spurs tiene una batería extraordinaria: Parker (que últimamente está tirando de tres con acierto), Danny Green, Kawhi Leonard, Manu Ginobili, Matt Boner, Gary Neal. Asusta pensar lo que pueden llegar a hacer si todos ellos tienen el día (porque tirar de 3, saben y bastante). Pero Grizzlies pueden usar las mismas armas: Tayshaun Prince, Mike Conley, Jerryd Bayless, Quincy Pondexter. El que ceda más terreno desde la 7,22 tendrá el problema

Sabias pizarras tácticas: Si bello puede ser el duelo en la pista, pizarra en mano el enfrentamiento puede llegar a ser histórico. Gregg Popovich y Lionel Hollins, dos sabios en la materia, tendrán frente a frente a buen seguro decisiones que tomar en momentos calientes de partido. El que falle de los dos, si es que alguno falla,  no será porque no sepa, sino porque la presión o las ganas le pudo.

FACTORES CLAVE

Factor cancha: A estas alturas de película es cuando un equipo agradece haber quedado por delante en la Regular Season. San Antonio Spurs contará con el apoyo del AT&T Center en el caso de que la serie alcance el séptimo y definitivo partido. Aunque a estas alturas resulta curioso que los mismísimos Golden State Warriors les birlaran una victoria en su cancha... y la otra porque no quisieron. Memphis en ese sentido se ha mostrado mucho más sólido con su FedeX Forum. El factor cancha de uno... y el factor sorpresa del otro. Memphis es el único equipo invicto en su casa en playoff, junto con Indiana.

Defensa: A nadie se le escapa que ambos equipos son de los que mejor defienden en la liga. San Antonio Spurs es el 3º que menos puntos recibe (96.2) y Memphis Grizzlies el 6º (99.9). Memphis llega con la vitola de ser un equipo caracterizado, este año más que nunca, por la defensa. Pero Spurs son el 2º equipo que más puntos anota de la NBA (102.8). Ojo.

Pintura: Hay algo que parece evidente. Si la pareja Marc&Z-Bo está en forma ofensiva y defensivamente, solamente una noche gloriosa desde el triple puede salvar a los tejanos. Pero, pese a solamente contar con Tim Duncan abajo en la zona, cuidado con las ayudas.

Un último dato curioso. En los últimos 3 años, los equipos que eliminaron a los Oklahoma City Thunder en playoff consiguieron ganar el anillo:
2010 Los Ángeles Lakers
2011 Dallas Mavericks
2012 Miami Heat

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PRONÓSTICO: San Antonio Spurs 3 - Memphis Grizzlies 4 

Lanzo un órdago a la lógica, ya que Spurs tiene ventaja de campo y quizá alguna que otra arma. Pese a todo, creo que Memphis no desaprovechará (ni Marc Gasol tampoco) la oportunidad que se le ha presentado de aspirar, con opciones reales, al anillo. Aunque teniendo en mente presente siempre una cosa... como dijo Rudy Tomjanovich...

"Nunca subestimes el corazón de un campeón"

En este caso, tetracampeón.